El contrabando de ropa usada, vehículos y electrodomésticos, en ese orden, son los tres negocios ilegales más rentables.
La presencia y circulación de medicamentos de contrabando en el medio alarma a las autoridades del Control Operativo Aduanero (COA) y del Servicio Departamental de Salud (SEDES), quienes admiten que esta actividad ha comenzado a penetrar los centros de salud.
Sin embargo, no existen datos que cuantifiquen la magnitud del movimiento económico de este negocio ilícito.
Los medicamentos que se introducen de contrabando al país provienen de naciones vecinas que elaboran fármacos, tales como Chile, Perú, Brasil, Argentina y Paraguay.
DOS TIPOS
Hay dos clases de medicamentos de contrabando, aquellos que son falsificados; y los adquiridos de las distribuidoras de otros países, pero que no cuentan con el registro sanitario de ingreso a Bolivia.
La Jefa Departamental de Farmacias del SEDES, Aleida Camacho, informó que algunas industrias farmacéuticas en el extranjero venden sus productos a distribuidoras oficiales y a personas individuales. Este último grupo se encarga de internar el fármaco al país sin realizar el procedimiento que corresponde.
ESTRATEGIAS
Para internar al país medicamentos sin autorización, los contrabandistas usan estrategias similares a las de narcotraficantes.
Los medicamentos son escondidos en llantas de vehículos, en sacos de alimentos, entre otros lugares. Luego son llevados a domicilios o almacenes, donde son guardados y distribuidos poco a poco por personas denominadas “mulas” que hacen la comercialización del producto, en pequeñas cantidades, a farmacias y mercados de la ciudad.
Según Camacho, las personas que se dedican a este negocio han conformado clanes familiares en Cochabamba.
Operativos realizados hace tres meses entre la Jefatura de Farmacias del SEDES con la unidad de Control Operativo Aduanero dieron como resultado el hallazgo de una gran cantidad de medicamentos que no contaban con póliza de importación ni facturas.
Los fármacos fueron encontrados en un edificio del centro de la ciudad. En esta oportunidad se hallaron 90 unidades de lanciprox, un cajón con 669 unidades de etimox, 95 ampollas de oxitocina y talonarios de facturas.
Se encontraron también pistas que condujeron al COA y al SEDES a un domicilio en la zona de Coña Coña, donde había albúmina humana que no contaba con documentación.
El medicamento era conservado en un envase de plastoformo, no obstante que la norma señala que debe estar refrigerado.
Ambas mercaderías, que pertenecían a la misma persona, fueron decomisadas y se encuentran en depósitos de la Aduana, debido a que hasta ahora no se presentó ninguna documentación que acredite su importación legal.
La propietaria de la distribuidora no fue detenida porque su mercancía no superaba las 200.000 UFV (Bs 414.480), monto necesario para que la importación ilegal sea considerada como delito.
El hermano de la persona encontrada con los medicamentos de contrabando fue también hallado en posesión de otro lote de fármacos ilegales hace algunos años, informó Aleida Camacho, lo que refuerza la hipótesis de que en el departamento trabajan clanes familiares.
Camacho indicó que hasta la fecha solo una persona fue encarcelada hace cinco años por contrabando de medicamentos.
Esta persona almacenaba distintos tipos de fármacos en una vivienda y no tenía pólizas de importación.
En otros casos, las personas que son encontradas en posesión de medicamentos de contrabando solamente son sancionadas por el SEDES y su producto es decomisado por el COA si el precio de la mercancía no supera las 200.000 UFV, ratificó el capitán Rolando Téllez.
El responsable del COA aseguró que hay una lucha frontal contra el contrabando tanto por vía terrestre como aérea en territorio departamental.
Téllez resaltó que los operativos se realizan de manera sorpresiva luego de las investigaciones pertinentes.
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