El tribunal de sentencia de Oruro decidió absolver de culpa y pena al principal acusado del incendio de la Aduana de esta ciudad, que ocurrió el 9 de agosto de 2010, a horas 12.10, después de un largo proceso que se prolongó por más de cinco años.
Hugo Gutiérrez Canaza, exdirigente de la Asociación de Comerciantes de la Súper Feria, recibió la sentencia de absolución en el caso del incendio de la Aduana, a las 19.30 horas del pasado viernes 20 de noviembre, en medio de una desesperante audiencia que se había postergado varias veces.
Según los miembros del tribunal de sentencia, no se ha encontrado prueba convincente acerca de la participación de Gutiérrez en el incendio, porque “él se encontraba en la plaza 10 de Febrero, a las 12.10 horas, el momento que empezó el siniestro”.
El incendio provocó la pérdida de 4 millones de bolivianos en mercaderías de contrabando, que habían sido decomisadas meses antes, incluyendo cigarrillos en gran cantidad, televisores, electrodomésticos, computadoras, LCDs, gran cantidad de llantas y otros”.
Nadie pudo comprobar, menos los investigadores asignados al caso, quién o quiénes fueron los autores del incendio, porque las cámaras de seguridad de la Aduana estaban desactivadas ese día. Para fines de investigación, también se presentaron vídeos originales de la marcha de comerciantes que ese día realizaron para protestar contra la Ley de Aduanas. La marcha pasó por la puerta principal de la Aduana, en la calle Velasco Galvarro, entre Junín y Adolfo Mier, pero “en los videos no se advierte ningún indicio de que hayan sido los comerciantes de la Súper Feria los que hayan introducido una artefacto encendido para ocasionar el incendio”.
El video muestra que el incendio empieza momentos antes que pase la marcha de los comerciantes, por ese lugar, explicó el abogado Johnny Quilo, durante el juicio oral que se efectuó en el Palacio de Justicia de esta ciudad.
Los funcionarios de la Aduana Nacional no pudieron comprobar su versión de que fue Hugo Gutiérrez el principal autor del incendio. La misma versión fue introducida en el proceso, por parte de los policías que estaban encargados de la investigación, pero “no han podido verificar ese hecho, mediante pruebas idóneas”, tal como exige el Código de Procedimiento Penal.
Ninguno de los testigos, entre ellos comerciantes del mercado Campero, que se encuentra al frente de las oficinas de la aduana, pudo corroborar en sus declaraciones las sindicaciones de haber visto a Gutiérrez o a otros manifestantes utilizando bombas molotov, tal como se había mencionado en primera instancia.
Las bombas molotov tendrían que haber sido introducidas por las ventanas que tenía el recinto aduanero, pero primero se debía trepar la pared para alcanzar ese objetivo, pero nadie vio ese hecho, ni siquiera los miembros del Servicio de Inteligencia, que se encontraban en las inmediaciones, antes, durante y después del incendio.
El Servicio de Inteligencia no aportó ninguna prueba al respecto, sino simplemente “comentarios del suceso posterior del incendio”.
“Nadie sabe cómo se ha iniciado el fuego, ni siquiera los policías que se encontraban dentro de la Aduana ni los policías que estaban afuera, durante la realización de la marcha de los comerciantes”, expresó Hugo Gutierrez.
Reiteró que, desde su criterio, “el incendio fue provocado por gente que estaba dentro de la Aduana, gente del gobierno que quería dejar sin efecto las movilizaciones de los comerciantes contra la Ley de Aduanas”.
Dijo que ese día del incendio, el 9 de agosto de 2010, “en la asamblea de comerciantes, que se realizó en la Avenida Cívica, yo me he opuesto a la marcha y, precisamente, no he participado en la movilización, he preferido quedarme en la plaza principal, y a los pocos minutos empieza el incendio y me atribuyen haber ocasionado ese delito”.
Al día siguiente del incendio, Hugo Gutiérrez fue enviado a la cárcel de San Pedro, en base a la imputación del fiscal Rando Chambi.
“Hoy, creo que se ha hecho justicia con mi persona, porque después de cinco años de un largo proceso, he sido absuelto de culpa y pena. Eso nada más. Para mí, es haber demostrado mi inocencia en el incendio de la Aduana, mientras que los verdaderos autores del delito siguen camuflados dentro de la misma Aduana”, afirmó Gutiérrez.
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