Tarija La Aduana insta al Municipio a iniciar comiso de ropa usada

El crecimiento acelerado de la venta de ropa usada puso en evidencia la debilidad de control de esa actividad ilegal, que ha dado muestras de ser consentida por instituciones.

Por ello, la Aduana Nacional de Bolivia instó a los gobiernos municipales a realizar el comiso de esas prendas en los lugares de expendio.
La teoría de que la ropa usada es para personas de escasos recursos no resultó ser tan cierta. En las ferias, como la de Villa Abaroa o Villa Fátima, se observan estacionados vehículos de lujos, compradoras que llevan hasta 500 bolivianos en ropa americana. Algunas tienen hasta sus “caseras” que las llaman por teléfono cuando tienen fardos nuevos y con ropa de mejor calidad, aunque igual a medio uso. Es por eso que también esa actividad creció y este tipo de vestimenta cuesta igual o más cara que una nueva.
El Decreto Supremo 28761 del año 2006 no pudo frenar el crecimiento de esta actividad ilegal. Al contrario, las ferias de este tipo de prendas abarcan cada vez más calles de la ciudad y casi los siete días a la semana, al margen de los puestos fijos de venta.
Tampoco fueron suficientes los controles que realiza la ANB, por lo que instan al Gobierno Municipal de Cercado a realizar los comisos de ropa usada en los lugares de venta.
Sin embargo, lo paradójico y a la vez nada novedoso es que todo indica que esta actividad se da con el consentimiento de la institución edil porque el control de cierre de calles depende de ese ente, además que personal de la Intendencia Municipal ronda por las ferias que se realizan.
Pero además, existen puestos fijos de venta, como sucede en la zona de La Loma, Mercado Campesino y Parque Bolívar, entre los más visitados, y el encargado de emitir la licencia de funcionamiento es el Municipio.
Según el gerente regional de la ANB en Tarija, Paul Castellanos, la ley sólo les permite realizar comisos en las rutas, y no pueden hacerlo en los puestos de venta, por lo que manifestó que esa acción pueden realizarla los gobiernos municipales.
En tal sentido, instó a la institución edil de Cercado a realizar ese tipo de operativos, por lo cual también adelantó que solicitarán una reunión para tratar ese asunto.
“Tenemos entendido que los municipios pueden hacer esos operativos y comisar la ropa usada, porque está prohibida su comercialización en todo el país-dijo Castellanos-. Entonces, mientras menos posibilidad se le dé para la venta se reducirá esa actividad, eso permitirá fortalecer la industria nacional”.
El País eN solicitó una entrevista al intendente Municipal de Cercado, Nelson Ruiz, pero manifestó que era imposible porque acudía a una reunión, y pidió buscarlo en horas de la tarde, pero su oficina permaneció cerrada y ningún funcionario acudió a esa repartición en horario de trabajo. Se intentó contactarlo mediante teléfono, pero no respondió a las ocho llamadas que se le realizó.
Por su parte, la jefa de la Unidad de Salud Ambiental del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Marcela Ramírez, manifestó que como institución realizan los controles en los puestos fijos de venta de ropa usada, en los que exigen que cumplan con todos los requisitos de desinfección, en caso contrario tampoco le emiten la licencia de funcionamiento.
Eso también demuestra que esa institución avala esa actividad al emitirles una licencia.
Se conoce que en todo el país existen unas 300.000 personas que se dedican a la venta de ropa usada.

En seis meses la ANB comisó 454 toneladas de ropa usada

TDe acuerdo a los datos de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB), de enero a junio del año 2016 se logró comisar 454 toneladas de ropa usada en todo el país, lo que es equivalente a cinco millones de bolivianos. En ese mismo periodo, en Tarija se incautó 80 toneladas.
Según el gerente regional de la ANB, Paul Castellanos, los puertos de Arica e Iquique de Chile fueron identificados como los principales lugares por donde ingresa esa mercadería al país.
Asimismo, mencionó que antes la ropa llegaba en fardos, pero por los comisos realizados la gente se dio el costo de desenfardarlos y hacer pasar las prendas en bolsones de viaje, lo que aún dificulta el control para la institución, porque no en todos los casos se puede identificar si es o no ropa personal de los pasajeros.