lunes, 28 de septiembre de 2015
El contrabando usa mujeres niños y ambulancia en los controles de La Mamora
Las actividades de contrabando en el poblado de La Mamora son un secreto a voces. Según diversos testimonios, vehículos, carretillas, estudiantes, seductoras mujeres y la complicidad de la noche permiten el traslado de mercadería evitando los controles aduaneros.
“Hasta la ambulancia de aquí se presta para llevar cosas - expresó una mujer -. A eso de la una de la mañana cargan lavarropas y otros artefactos, prenden la sirena y pasan el puesto de control sin que la revisen porque hacen creer que llevan a un enfermo grave”.
Las sombras de la noche camuflan el contrabando. Ignacio (nombre ficticio) habitante de las cercanías del puesto de control aduanero “La Mamora” indicó que en las noches ve pasar a personas cargadas de mercadería por la orilla del río que van desde el pueblo hacia un lugar alejado del otro lado del puesto de control.
Entre las diferentes formas de evitar el control aduanero el “trabajo de hormiga” es el más frecuente. Consiste en el trabajo de jóvenes quienes a partir de las siete de la noche transportan en carretillas pequeñas cantidades de mercadería por el puesto de control para su almacenaje en casas del otro lado del punto de revisión.
Rondando la media noche diferentes personas, la mayoría escolares, transportan en sus espaldas mercadería por orillas del río que bordea al puesto de control hasta un campo abierto del otro lado de dicho puesto, por esta actividad el contrabandista remunera 20 bolivianos a los menores o les da bebidas alcohólicas como pago.
Los infantes asumen el juego riesgoso. Rosa (nombre ficticio) comerciante del lugar comentó que funcionarios de la Defensoría de la Niñez se presentaron en La Mamora tiempo atrás para conversar con menores y sus padres donde se instó a los menores a comunicarse con la Defensoría si es que se les solicitaba que trabajen en algún comedor o comercio. La comerciante no se explica por qué no dejan que los menores colaboren con las tareas de los negocios familiares para aprender a trabajar y no se evita que formen parte del lucro del contrabando.
Al parecer, la seducción forma parte del arsenal del contrabando, diversos testigos aseveraron que mujeres conocidas visitan a funcionarios del Control Operativo Aduanero (COA) cuando se alojan en el pueblo para que en un “intercambio de favores” estos dejen pasar vehículos con contrabando a cambio de relaciones sexuales.
El contrabando vía taxi facilita el trabajo, algunos vecinos del lugar negocian con choferes para que transporten por partes toda la mercadería carente de documentación sin que sea decomisada. Del otro lado las personas que tienen los almacenes esperan y juntan todos estos artículos para luego comercializarlos.
Mientras tanto, hasta se abren sucursales para el ilícito, ciertos individuos adquieren viviendas en ambos lados del puesto de control ya que al pertenecer al lugar además de ser conocidos por los funcionarios que trabajan en dicho puesto, no pasan por la revisión y a lo largo del día transportan mercadería sin control alguno entre sus dos “hogares”.
La ley del hielo cae a quienes intentan revelar las actividades del contrabando por lo que las personas del lugar con el fin de no “quedar mal”, no ser vistas como malos vecinos y evitar represalias optan por no denunciar.
Delina y Ramón expresaron su descontento por el decomiso de pequeñas cargas de comestibles y enseres que, según ellos, son destinados a familiares que viven en la ciudad de Tarija “cuando a la vista de todos se puede ver el contrabando organizado”.
La falta de tierras para el trabajo y fuentes laborales condicionan a algunos pobladores de la zona a formar parte del contrabando ya sea para generar ingresos o para evitar decomisos de bienes de consumo destinados a familiares que no viven en La Mamora.
“Se observa que los que vienen bien cargaditos buscan una hora supuestamente adecuada – dijo Inocencio -. Para mí que ya es un acuerdo con la gente que trabaja en el control, pasan cuando nadie los ve”.
Incongruencias de la vida donde en la misma casa uno denuncia y el otro contrabandea, según Jimena (nombre ficticio) personas del lugar lucran con esta actividad, recordó que su esposo de vez en cuando “hacía pasar” mercadería por el puesto de control y que lo lograba pagando a los funcionarios encargados de la revisión del vehículo 10 bolivianos por quintal que transportaba.
No hay otra ruta alterna al paso de La Mamora, el poblado si bien se encuentra cerca del puesto de control no cuenta con otro camino transitable por el que se pueda evadir al control aduanero ya que el río que pasa por ahí limita el tránsito.
Un control sobrepasado
Pese a la ola de testimonios que advierten un boom contrabandista, el gerente regional de la Aduana, Paul Castellanos considera como un modelo a nivel nacional a este puesto de control. Señala que pese a algunas falencias a mejorar se garantiza que lo que está ingresando al país cuenta con los requisitos aduaneros y de tributación.
“Se dan el modo de ingresar por el pueblo hasta el río y pasar por la orilla con productos tratando de evadir el puesto para volver a la ruta una vez pasado el punto de control – indicó Castellanos -. Se hacen patrullajes con el Ejército, con el COA y se hicieron comisos, se comisaron equipos, un horno, alguna mercadería, fruta y en algún caso colchones”.
Respecto a los favores sexuales a cambio del paso de mercadería de contrabando el Gerente Regional de la Aduana considera que es algo poco factible por la cantidad de personal que trabaja en el puesto de control, alrededor de diez funcionarios. Calificó de antojadizo el comentario de la persona que exponía esta situación y acotó que quizás quienes están siendo afectados por el control son aquellos que arrojan este tipo de comentarios.
“Si pasa la ambulancia varias veces al día sería raro y se tendría que hacer el control – expresó Castellanos -.Me parece un tema exagerado que la ambulancia esté pasando contrabando y para que sea significativo tendría que hacerlo unas 40 veces al día”.
Según, el gerente regional de la Aduana las fuentes que vierten este tipo de relatos tienen la intención de desprestigiar a los funcionarios que trabajan en el punto de control como así también perjudicar y mostrar algo que no existe.
El puesto de La Mamora es un paso estratégico ya que se encuentra en un lugar intermedio del camino que une una frontera con el interior del país, es un segundo filtro de lo que llega de Argentina y en ese marco es que se realizan los controles.
Este puesto de control tiene como objetivo realizar la verificación del traslado de las mercancías desde la frontera hacia el interior de Bolivia.
En el puesto La Mamora también se controla que no se saquen productos que no se pueden exportar como es el caso de los hidrocarburos. El control que se hace en este puesto aduanero es al tránsito de vehículos y de mercancías para verificar que cuenten con la documentación legal para ingresar al país. El objetivo es evitar una competencia desleal con la industria nacional.
En el marco de la competencia que tiene la aduana y la ley 100, se coordina con las Fuerzas Armadas para que apoyen a la lucha contra el contrabando, además de eso instancias que están abocadas al control como el Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Alimentaria (Senasag), COA e inclusive Migración forman parte de los controles en el puesto La Mamora.
En el puesto de control se presentaron varios abusos de comerciantes y transportistas, se dieron amagues de enfrentamiento, Castellanos recordó que hace tiempo uno de los camiones con mercadería comisada fue interceptado por comerciantes que destruyeron una vagoneta y dejaron personal herido.
Recalcó la importancia del trabajo que se realiza en este y todos los puntos de control ya que es un servicio en beneficio del Estado, la sociedad y que los funcionarios que trabajan haciendo estos controles son personas que sienten y son afectadas por las hostilidades de quienes hacen contrabando.
Se determinó el incremento de personal para el trabajo en el puesto de control ya que hace un par de años contrabandistas incendiaron las instalaciones de La Mamora y que el Ejército coadyuve en las actividades para evitar que las agresiones lleguen a otros niveles más violentos.
Ejército en acción en el puesto de La Mamora
Diariamente vehículos de todo tipo cruzan el puesto de control La Mamora ubicado a aproximadamente 90 kilómetros de la ciudad de Tarija, donde pasan una serie de revisiones como parte de la rutina de trabajo de este paso.
Técnicos aduaneros en un trabajo coordinado con una escuadra del Ejército y funcionarios del COA revisan la documentación de las mercancías que son transportadas por el lugar como así también a los vehículos que pasan por el lugar para constatar que lo que se transporta cuente con la factura o póliza de importación que demuestre que se cumplieron con los requisitos aduaneros e impositivos.
El técnico del Senasag, Ángel Choque, explicó que el trabajo diario es el control de sanidad animal, alimentaria, control de animales, alimentos para prevenir el ingreso de plagas y pestes que puedan transmitirse al país. Todo producto que pase por el paso La Mamora debe contar con el registro sanitario del Senasag en caso de no tenerlo se procede al comiso.
Dilman Uztares como funcionario de Vías Bolivia se encarga de verificar que los vehículos que transitan este punto cuenten con la boleta de peaje, en caso de no tenerla procede a realizar el cobro según las tarifas establecidas.
Cada vez que llega un vehículo al puesto de control se puede ver que de manera coordinada cada funcionario realiza la labor que le corresponde y se toma el tiempo necesario para hacerlo, mientras mujeres de la zona ofrecen refrescos, gelatina y comida a los impacientes viajeros.
Este puesto de control cuenta con diferentes dispositivos que facilitan el trabajo de las diferentes instituciones que controlan el tránsito de personas, mercadería y vehículos.
Cámaras cruzadas que filman ambas entradas de este paso respaldan a quienes realizan los comisos cuando se encuentra mercadería que no cumple con los requisitos para su traslado y también de registrar todo lo que ocurre en el lugar por cuestiones de seguridad.
El vehículo con el que cuentan cumple diferentes funciones, desde patrullajes hasta socorro en caso de algún problema de salud de algún funcionario o viajero que se indisponga en el puesto.
Cada institución que trabaja en el lugar cuenta con un espacio para sus funcionarios y el equipo con el que desarrollan sus tareas y también espacios para el descanso de estas personas incluyendo baños y duchas.
La energía es respaldada por un motor que se activa en caso de un corte del servicio regular, el servicio de internet es una herramienta fundamental para el desarrollo del trabajo en el lugar tanto para la comunicación con las oficinas de otros puntos como para el acceso al sistema de aduana e impuestos.
Los trabajadores del puesto La Mamora consideran que si bien hay algunas cosas para mejorar, cuentan con las comodidades y equipo para realizar un servicio eficiente.
el apunte
Inclusión de mujeres como técnicos de control
Desde hace dos semanas se destina a personal femenino para que cumpla tareas de inspección y vigilancia en el puesto de control con una rotación diaria en turnos de ocho de la mañana a seis de la tarde, en su primera experiencia, Danitza una técnica aduanera en su primera experiencia inspeccionaba vehículos en La Mamora.
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